El Príncipe es uno de los tratados políticos escritos por Maquiavelo a lo largo de su vida.
Al principio del libro, Maquiavelo señala que El Príncipe es una guía para los que vayan a ser gobernantes de monarquías, o como se menciona en el libro más precisamente, principados.
En él, se van desarrollando consejos y formas de gobierno con el fin de aconsejar a los descendientes de la familia Medici de Florencia, poniendo ejemplos de triunfos o fracasos de otras de las grandes familias de la Italia renacentista como los Sforza de Milán.
Este es el libro de donde surge el adjetivo “maquiavélico” con el fin peyorativo que se le atribuye a día de hoy, a pesar de que en ninguna línea del libro aparece la frase que corrientemente define el término; “el fin justifica los medios”.
Sin embargo sí que se pueden sacar enseñanzas que sin duda alguna podría decirse que nos son aplicadas a nosotros. La más llamativa es la cuestión que el autor presenta respecto a la voluntad del pueblo. ¿Es mejor ser temido o amado? Se cuestiona Maquiavelo, a lo que se responde a sí mismo comentando: el amor viene de la voluntad del pueblo, mientras que el miedo viene de la voluntad del gobernante. Quizás si intentásemos buscar sentido a esta reflexión para aplicarla hoy en día, lo encontraríamos sin demasiada dificultad…